"Esta es una carta enviada a Vueling sobre lo ocurrido en uno de sus vuelos y la respuesta recibida (en la que no se tomaron ni la molestia de escribir bien mi apellido...):
Esta es una reclamación por la atención y el trato recibidos en el vuelo 5057 de París a Barcelona, el día 21 de septiembre, con hora de salida inicial 21.15 y que despegó finalmente a las 22.00 aproximadamente.
El nombre de la azafata que se comportó como explicaré a continuación es ***** *******, la jefa de azafatas de la que también hablaré se llama *****, (desconozco su apellido porque se negó a facilitarlo cuando se le pidió).
Les expongo la situación:
Al subir al avión, (que llegaba con más de media hora de retraso), se nos impuso seguir el orden asignado en cada billete (entiendo que eso es lo habitual) pero éramos un grupo de 11 personas, 4 de ellas niños, que queríamos intercambiarnos el asiento, sin crear ningún problema, entre familia.
En el momento de guardar el equipaje de mano, es decir, un minuto después de la imposición explicada anteriormente, la misma azafata de nuevo, se opuso a que guardara en el compartimento superior una bolsa de plástico que contenía papeles y demás objetos delicados, obligándome a dejarla debajo del asiento delantero con esta explicación: “porqué lo digo yo”.
Debo decir que tanto yo como mi hermana somos personas muy impulsivas, y sin miedo a quejarse o a criticar aquello que nos parezca injusto o de falta de principios. Sin embargo, ante una explicación coherente solemos convencernos y dejar atrás ésta u otra queja.
El asunto llegó a un punto en el que, después de conseguir guardar mi bolsa en el compartimento en el que debía ir, ella lo abrió de nuevo y volvió a darme la bolsa y a repetirme la misma explicación (ninguna) para que la dejara en el suelo.
Al final la bolsa viajó arriba, gracias a mi insistencia y a que conseguí pasársela a mi compañero, que la guardó en otra fila al otro lado del pasillo, ya que tampoco nos habían dejado sentar juntos.
En ese momento el avión estaba casi vacío, (fuimos los primeros en entrar y teníamos asignadas las filas 26 y parte de la 27) y entre nosotros comentábamos la posibilidad de apuntarnos el nombre de esta chica para poder reclamar este modo de dirigirse a sus clientes, siendo las azafatas la cara de las compañías aéreas.
Una de las personas que viajaba con nosotros en este grupo de once era mi madre, que no escuchó muy bien toda la discusión por la bolsa, y en un momento preguntó: “pero… ¿quién ha sido?” y dado que de toda la tripulación que habíamos visto en el avión era la única persona de raza negra, le explicamos de manera fácil y rápida “la negra”, sin ninguna intención de ofender, ni siquiera con intención de que fuera escuchado por nadie más que por mi madre.
Pero la azafata lo escuchó, y en un rato (cuando el avión ya estaba lleno y a punto del despegue) volvió a venir a mi asiento, esta vez con la jefa de azafatas, la que, sin ni siquiera preguntar qué era lo que había ocurrido, se dirigió a mí y a mi hermana (que ni siquiera había abierto la boca) y nos acusó abiertamente de “racistas”, “de falta de respeto” y se nos obligó a pedirle perdón con la amenaza “o le pides perdón o voy a hablar con el comandante y os bajáis las dos del avión”.
Obviamente, le pedí perdón con toda la ironía que podía expresar, ya que nunca he sido una persona racista, y sobretodo porque el comentario del que se estaba haciendo tanto hincapié, había sido simplemente una manera rápida de distinguir a la azafata, sin ninguna intención despectiva, ya que, al no ser racista, no le veo nada malo a decir que alguien es negro. Me parecen mucho más despectivos otros términos que pueden expresar, igual de manera más sutil (pero desde luego anticuada) lo mismo, como “persona de color” o “persona de raza negra” pero ambas me parecen formas mucho más marcadoras de diferencia que el simple adjetivo “negra”.
Al cabo de media hora, en el momento en el que pasan el carro de la comida, dicha azafata hizo caso omiso a un grupo de once personas. Once personas que comieron gracias a que la otra azafata que se encargaba del carro nos atendió.
Al salir del avión, nos dirigimos a la jefa de azafatas para averiguar su nombre, para reclamar por su actitud, y con una reacción bastante nerviosa se tapó el nombre escrito en su chapa con la carpeta que llevaba en la mano y respondió “soy la jefa de azafatas de este vuelo, con eso ya tienes bastante para quejarte”.
Quiero remarcar las repercusiones del comportamiento de las trabajadoras en este vuelo.
Ante todo considero que una azafata es una persona que debe tratar con amabilidad a sus clientes, que les ayuda a que se sientan tranquilos y cómodos, siempre tratando a los pasajeros con educación y paciencia. (además en un vuelo que ya sale con retraso, el esfuerzo debe ser mayor, ya que se presupone que los pasajeros suben al avión algo molestos, aunque eso es sólo un agravante, una azafata debe ser amable siempre).
La realidad es que en este vuelo, después de tratarnos de una manera completamente nada profesional, de hablarnos en mal tono, de obligarnos a ciertas cosas que no son lógicas, de amenazarnos con bajarnos del avión si no pedíamos perdón a la azafata (por cierto, cuando le pedí perdón de manera paródica, la jefa se giró hacia la azafata y le preguntó “¿la perdonas?”. Fue muy bonito, porqué me recordó a mi infancia, a las peleas de colegio…), después de soportar las miradas de varias personas de diferentes razas, que estaban en el avión, que habían oído solo la última parte de la conversación, que sólo sabían que se nos había acusado de racistas, después de toda la situación en la que me sentí insultada y por supuesto, muy mal atendida; después de todo, mi hermano de ocho años pasó todo el vuelo asustado, pensando que nos iban a bajar del avión.
Cómo aclaración, y no cómo defensa, les explico que soy una persona consciente de que vive en un mundo (y también en una ciudad) multirracial y que respeta a la persona por encima de todo, sin tener en cuenta ni su raza ni su origen, y que tengo muchos amigos y conocidos de diversas partes del mundo a las que respeto y que, a su vez, son conscientes de su naturaleza y no se ofenden si se les llama “negro” o “oriental” o cualquier otro calificativo que no contenga ninguna connotación negativa ni despectiva. Y si en algún caso éste puede ser motivo de ofensa, considero que la manera más correcta de afrontar la situación sería hablar del tema sin recorrer a amenazas ni a acusaciones que, creo, son injustificadas, incoherentes y completamente sacadas de contexto.
Atentamente."
Y la respuesta:
"Gracias por contactar con VUELING. En respuesta a su e-mail, le pedimos
> disculpas de antemano por las molestias que nos ha descrito en relación al
> trato recibido a bordo. Siendo nuestra forma de proceder habitual la que
> corresponde para favorecer al máximo la comodidad de todos nuestros pasajeros,
> lamentamos que no se haya sentido así en esta ocasión. Dejenos informarle en
> todo caso, que los pasajeros deben hacer caso a las indicaciones de la
> tripulación la cual tiene responsabilidad civil por la seguridad de los
> clientes.
> Por supuesto, tomamos nota de todas y cada una de sus apreciaciones para que
> nos sirvan en nuestro trabajo diario de mejorar constantemente nuestro
> servicio.
> Esperando sinceramente poder verles pronto en uno de nuestros vuelos,
>
> Reciba un cordial saludo.
>
> Atentamente,"
Bastante decepcionante.
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Sector:Transportes Enviada por: Anónimo
Fecha:27/09/08 18:09:27 Url de la queja:
( 2 ) Comentarios Recibidos
gervasio dijo: 12/02/2009 01:25:54
Esta queja me suena a lavado de conciencia. La negra tiene un nombre, y tb una lacra, que son los pasajeros como esta familia que tocan las pelotas durante todo el vuelo, en vez de limitarse a obedecer las órdenes de la tripulación y estar calladitos u quietecitos en el avión durante todo el vuelo...qué es lo que deben hacer...
antonio dijo: 25/11/2008 21:16:30
Esta queja no tiene ningún sentido y me parece patético el comentario racista que le hicieron a la zafata... llego a ser yo y bajo los 11 del avión......seguramente que en la bolsa llevarán líquido y por eso no dejaban que la subieran al maletero. En los maleteros hay componentes eléctricos que podrian mojarse y probocar un cortocircuito en caso de romperse un recipiente.
El calificativo para esta famila es simplemente....patético!!
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